Después de 35 años 'Il Trittico' regresa íntegro al Gran Teatre barcelonés en la aplaudida ­producción firmada por Lotte de Beer

Ópera Actual

Lourdes Morgades

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Mucho se ha especulado sobre el propósito de Puccini a la hora de escribir tres óperas cortas para ser interpretadas en una misma velada, aunque muy probablemente solo quería componer tres obras diferentes en lugar de hacer una única ópera en tres actos. La directora de escena holandesa Lotte de Beer también se preguntó sobre las intenciones del compositor cuando la Bayerische Staatsoper le encargó la puesta en escena de una nueva producción de Il trittico que se verá en el Liceu. La conclusión a la que llegó fue que Puccini “retrocede en el tiempo porque necesita explicar una historia sobre la humanidad a través del tiempo”. Esta teoría se sustancia en una escenografía de Bernard Hammer que representa un túnel cuya función simbólica es mostrar el paso del tiempo; en ese lugar primero se ambienta Il tabarro a principios del siglo XX y en una barcaza a orillas del Sena, para transmutarse en un convento del siglo XVIII en el que está ingresada Suor Angelica para concluir en la Florencia del siglo XIII con el túnel convertido en la habitación mortuoria de Gianni Schicchi.

Il trittico regresa íntegro al Gran Teatre después de 35 años en esta aplaudida producción de la Bayerische Staatsoper de Múnich, donde se estrenó en diciembre de 2017. La trilogía pucciniana se representa al completo en pocas ocasiones dado el alto coste que implica el extenso reparto de protagonistas que requiere su interpretación. El Liceu no ha escatimado en el reparto en uno de los montajes más esperados de la temporada.

Mälkki ha planeado introducirse en el ámbito operístico convencional y este monumento que es Il trittico es la primera parada en ese camino. “Es una trilogía magnífica. Es fascinante que sean tres minióperas, que hay que abordar de manera individual”, asegura. “Desde que empecé a sumergirme en el estudio de obras líricas siempre hago lo mismo: empiezo por el libreto y luego busco qué quiso hacer el compositor con el texto”.

“Lo que me maravilla de Il trittico es que Puccini escribió música diferente para cada una de las óperas que tienen elementos en común, como una melodía increíble y una orquestación sensacional”, prosigue la directora de orquesta. “Todo lo que escribe está al servicio del drama, de la historia. Es un maestro en la creación de emociones, en trasladar a la partitura la esencia del proceso psicológico de los personajes”.

La secuencia en la que deben interpretarse las óperas es para Mälkki perfecta. “Il tabarro, el melodrama verista, al principio; Suor Angelica, la obra lírico mística, en medio; y Gianni Schicchi, la comedia, para el final. Es genial”, asevera, “porque hemos pasado por un montón de emociones en los dos primeros títulos, y acabamos con el amor en medio de esta comedia, que es la más popular de las tres óperas. Es una obra perfecta, teatro musical chispeante y lleno de energía, que divierte a todo el mundo, al público, a los cantates, al director de escena y a mí ”.

Aunque Susanna Mälkki no había dirigido antes ninguna ópera de Puccini, conoce sus obras, en especial La Bohème, su favorita. “Puccini es un hombre de teatro que no necesita hacer música abstracta. Requiere un libreto y personajes. Es un compositor diferente, al estilo de la tradición italiana, donde muchos compositores de ópera no escribieron jamás música sinfónica ni de cámara, como él que solo se dedicó al teatro”, explica la directora. “¿Lo qué más me gusta de Puccini? La teatralidad de su música y que sus personajes son muy humanos. Ninguno es bueno o malo porque sí. Todos tienen emociones muy reales con las que uno se identifica, incluso yo”.

Aunque Mälkki no tiene por ahora ningún otro compromiso para dirigir una ópera de Puccini, confiesa que le gustaría mucho dirigir la citada Bohème y asegura que también tiene mucho interés en La Fanciulla del West.